miércoles, 28 de diciembre de 2011

Esas cosas que pienso...

Yo no soy monárquico. No lo era, no lo soy y después de saber que los Presupuestos Generales del Estado destinan casi ocho millones y medio de euros a la Casa del Rey, no lo seré.




Realmente desconozco si esta cantidad es razonable o no tratándose de la Jefatura del Estado, ni en comparación con otras Casas reales europeas. Pero sinceramente, me da lo mismo si lo es o no. 

Porque por un lado, me parece un gasto fabuloso en términos absolutos por más que pueda no serlo en términos relativos. Estamos en crisis y mantenemos una Jefatura del Estado, que estoy seguro, podría esta diseñada de otra forma. 

Y por otro lado, es que la Monarquía como institución, me parece del todo antidemocrática. La herencia como modo de ostentar la Jefatura del Estado es anacrónica y contraria a todos los principios básicos de la democracia. Elimina de raíz la opción de los ciudadanos a ser Jefes del Estado, algo que no ocurre en las repúblicas, en las que cualquier ciudadano puede optar a la institución, coincidente o no, según el país, con la Jefatura del Gobierno. 

Yo comprendo que la figura del Rey Juan Carlos I ha sido crucial en la historia de España. Desde que fue nombrado sucesor de Franco hasta pasada la crisis del 23F, su saber hacer sin duda ha conseguido que nuestra transición pacífica sea un auténtico referente internacional. Y hemos de reconocer, que en un país dificilito como el nuestro, con tanta diversidad política, cultural, regional e idiomática, el monarca, en su papel constitucional de moderador y árbitro, es un elemento conciliador en numerosas ocasiones. 

Pero aún reconociendo este papel representado por el Rey, sigo sosteniendo que su legitimidad es nula. Niego que ser hijo del monarca te legitime para serlo tú. Eso solo pasa en las dictaduras y en las monarquías. Curiosa coincidencia. 

Por ello defiendo la República como forma de Estado. Tanto si el Jefe del Gobierno es también el Jefe del Estado, como en Estados Unidos, como si son cargos institucionalmente separados, como en Italia o Francia. Pero en ambos casos cualquier ciudadano puede alcanzar la Jefatura del Estado, algo inherente a la democracia y a la relación ascendente del poder. La soberanía reside en el pueblo, por lo que el Soberano debe proceder del pueblo. 

Por último, lamento que la Casa Real decida publicar sus datos económicos 30 años y pico después, a raíz de los escándalos financieros de su yerno. La transparencia debe acompañar a cualquier Institución Pública, sea la que sea. Me alegro de que lo haya hecho, pero debería ser una costumbre habitual desde la aprobación de la Constitución.

Y oye, que cuanto más vueltas le doy al asunto, más pienso en el pastizal que nos supone.

P.D. Casualidad o no, este post se llamaba Monarquía. No he conseguido publicarlo en facebook. Si ahora lo lees, es porque he cambiado el título. ¿Curioso?

domingo, 27 de noviembre de 2011

Más peras y manzanas.

El otro día la Plaza de Chueca estaba sitiada por la Policia Municipal. Contamos hasta cuatro furgones policiales y no sé cuantos agentes. 

Obviamente se debía a alguna circunstancia puntual sin duda justificada. Pero inevitablemente nos vino a la cabeza que Ana Botella será la futura Alcaldesa de Madrid y nos echamos a reir. Acaban de llegar y ya se están preparando. Una risa nerviosa, de quién se ha echo gracia con una divertida ocurrencia pero que por dentro está pensando en 'la que se nos avecina'.

Quiero pensar que no va a complicar la vida al colectivo LGTB y que no van a imponer condiciones más duras  a los negocios de la zona o la celebración del Orgullo Gay. Quiero pensar que no va a dejarse llevar por sus impulsos naturales como ya hiciese en el pasado y que no va a olvidar los deberes de su cargo. Y quiero pensar que su política va a consistir en, simplemente, dejarnos en paz. Es lo mejor que puede hacer por nosotros.

Pero me temo lo peor. Y es que saber que vamos a tener una Alcaldesa que ya ha demostrado su 'escasa homofilia' (no vamos a tildarla de homófoba, que no se diga) te pone un poquito en guardia. Y es que, sinceramente, esta chiquita me da bastante miedito.

Por cierto, que todo esto me lleva a pensar en otra cosa. Si a Ruiz Gallardón le votaron para ser Alcalde de Madrid, a mi juicio debería terminar su mandato antes de irse a otro sitio, aunque sea el de Ministro. Y eso de que la Alcaldesa lo sea porque se marcha el Alcalde a un destino que le gusta más, me parece fatal. Esto ya se ha dado otras muchas veces y en otros partidos, no empecemos a darme el coñazo y decirme que digo esto porque es el PP. Me parece mal lo haga quién lo haga. Me parece una legalidad más (de tantas) absolutamente antidemocrática.

Pero este es otro tema. De momento los homosexuales, bisexuales y transexuales madrileños recibiremos con precaución, pavor y muy pocas ganas a la señora de Aznar. ¡Que suerte la nuestra!

Una curiosidad que me corroe: Saber cuantos homosexuales han votado al PP en las últimas elecciones.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Afortunado.

Soy un tipo afortunado. Hoy cumplo 43 años y es inevitable hacer un pequeño balance. Más que nada porque cada año tomas más conciencia de que la juventud se aleja y de que quizá tengas más camino recorrido que el que te queda por recorrer. Eso dice la estadística. Pero no es un pensamiento pesimista, al contrario. He llegado hasta aquí, que no es poca cosa.

He tenido una buena vida y siempre he tenido suerte. Siempre he tenido una familia que me ha querido, siempre he tenido una salud aceptable y siempre he tenido amor, amigos y trabajo. ¿Qué más se puede pedir? La verdad es que nada más. Quién me conoce sabe que soy un cascarrabias, pero también quién me conoce sabe que no es por ingratitud ante la vida. Es un rasgo de carácter, nada más.

Y es que a pesar de que me hayan pasado cosas (y me pasan ¡uff, que año!), como a todo el mundo, el sumatorio es de vivencias y experiencias muy ricas y muy positivas. Porque hasta de las amargas se aprende, a la fuerza ahorcan.

Así que hoy en mi cumpleaños doy gracias a la vida y a todas aquellas personas que he tenido la oportunidad de conocer y que han hecho de mi travesía un viaje que merece la pena. Aunque ya sabéis que el viaje no lo hago en avión. De momento al menos.

Por cierto, estoy deseando seguir mi viaje muchos años más y os invito a que lo hagamos juntos.

lunes, 3 de octubre de 2011

Jamey Rodemeyer

Este es Jamey Rodemeyer. Un adolescente de 14 años norteamericano. 

Su corazón dejó de latir, por voluntad propia, el 18 de septiembre. Jamey, tras pedir ayuda a través de las redes sociales, tras hacer pública en numerosas ocasiones la terrible situación de acoso que sufría, tras suplicar ayuda sin que nadie le escuchase, decidió que no podía continuar.

Jamey es homosexual. Un valiente que no solo no ocultaba su condición sexual a su temprana edad, sino que se enfrentó a la homofobia practicada por sus compañeros de instituto. El acoso fue tal que Jamie se rindió. 

Un valiente, un heroe de nuestro tiempo. Una víctima. Un ejemplo de que no hemos evolucionado. Porque triste es que un chico de 14 años se vea sometido a tal presión que le conduzca al suicidio como única salida viable. Triste es que la homosexualidad siga siendo objeto de discriminación y odio. Triste es que quienes odian y discriminen sean tan jóvenes, los hombres y mujeres del mañana. Triste que la información en tiempo real desde cualquier rincón del mundo, gracias a la tecnología, internet y las redes sociales, no hayan evitado este desenlace. Porque triste es que nadie haya escuchado a Jamey, se haya parado un momento a tenderle una mano y decirle 'tranquilo, no estás solo'. 

Soy un homosexual de 42 años que conoce lo que significa ser discriminado por su condición sexual. No necesito esforzarme lo más mínimo para saber lo que ha vivido Jamey. Lo que ha sufrido. Lo que ha llorado. Lo desesperado que se ha sentido. Y sobre todo, la soledad que ha padecido. A mis 14 años no había internet, ni chats, ni redes sociales, ni siquiera un amigo a quién confiar que te gustaban los chicos y no las chicas, no por falta de amigos, sino por falta de confianza en que te entendieran y te respetaran. Si algo caracteriza la pubertad y adolescencia de un homosexual de mi época es la soledad. 

Lo que me aterra es que casi 30 años después, un chico de 14 años se haya sentido tan solo y desamparado como yo me sentí. De nada le han servido internet, las redes sociales, poder compartir su angustia con el mundo y poder gritar ayuda ante una sociedad que sigue sorda ante todo aquello que no le afecte directamente. De nada le ha servido la supuesta normalización pública de la homosexualidad, vivir en la que ha sido la primera potencia del mundo y que estemos en 2011, caramba. Es obvio que queda muchísimo camino por recorrer. Y muchas conciencias que transformar.

Descansa en paz, Jamey. Que tu muerte no sea en vano. 





jueves, 8 de septiembre de 2011

Septiembre.

Empieza septiembre. Su llegada anuncia el curso escolar. El olor a libro nuevo recién impreso, los cuadernos de cuadros para matemáticas y los rayados para lengua, los lapiceros de colores y si ya eres lo bastante mayor, el ansiado bolígrafo. El estuche nuevo y con suerte cartera nueva o quizá no, quizá nos sirva la del año anterior, que todos los años no puede ser una nueva. Ese chándal nuevo, tan feo como siempre, para la gimnasia, perdón, educación física, pues hemos crecido en el verano.

El reencuentro con los compañeros de clase y con los amigos, que no son lo mismo ni son los mismos. Esas charlas contando las vivencias y aventuras de cada uno con una mezcla de emoción y nostalgia. Los nervios de un nuevo año y lo que nos deparará. ¿Qué tal serán los profes nuevos? ¿Será muy difícil un curso más? Ufff... Ese rollo de presentación del nuevo año escolar y el nuevo aula en la zona de los mayores. Y esos maravillosos recreos, por supuesto. Sin ellos la vida carece de sentido. De la comida del comedor mejor nos olvidamos...

Recuerdo con frescura ese comienzo de curso como si lo empezase hoy. Esos nervios. Esa incógnita. Esa desgana a veces. Porque yo lo pasaba muy bien en vacaciones, la verdad. No fui un niño de esos que están deseando empezar las clases. Ni siquiera por ver a los otros niños. Pero tampoco lo esperaba con especial horror. No me importaba demasiado. Hay que empezar, pues se empieza. 

La verdad es que la mezcla de sentimientos y sensaciones daban un resultado positivo pese a todo... Inconscientemente te invadía la emoción y la alegría. Y a tus padres mucho más aún, claro.

El principio de curso impregna la memoria de por vida. Y ahora que hemos crecido y somos adultos,  también. Al fin y al cabo es el término de la diversión, del relax, de la libre disponibilidad de ese tiempo que es nuestro y de nadie más y que empleamos en lo que nos de la gana. Es el pistoletazo de salida a la responsabilidad, al deber, al madrugón.

Y es que el año no empieza el uno de enero. Empieza en septiembre. Siempre ha sido así y siempre lo será. Esperemos que por muchos años. 


lunes, 29 de agosto de 2011

Aquí, aquí, aquí no hay quien viva, aquí no...

Hace ocho años me vine a vivir a mi casa actual. Un piso que compré sobre plano y que tuve que esperar cuatro años en recibir las llaves. Un piso deseado con mucha ilusión y en el que he vivido un montón de experiencias maravillosas. Este piso ha sido mi hogar desde entonces y sigue siéndolo hoy en día.

Para que una casa sea un hogar hacen falta una serie de factores. Y todos sabemos cuáles son a nada que reflexionemos uno segundos sobre eso. Pero hay un elemento que para mi fue inesperado, pero que contribuyó decisivamente a que mi casa haya sido mi hogar. Virginia y Rubén. Mis vecinos.

Acababa de instalarme cuando un joven muy guapo entraba y salía de un piso de mi rellano. ¿Será gay?, nos preguntábamos mi entonces pareja y yo... No porque el chico induzca a pensarlo en absoluto, sino por un absurdo deseo interior de que lo fuese. Tener un vecino gay era un potencial futuro amigo gay y eso podía ser estupendo. Pero de vez en cuando veíamos que le acompañaba una chica menuda, delgadita y muy frágil en apariencia (solo en apariencia, no os dejéis engañar) y nos tenía muy despistados. 

Pues la chica resultó ser su novia. Qué le vamos a hacer. No tendríamos amigo gay en el rellano. Y un día llamaron al timbre. Y abrimos. Y entre risas nos saludaron y nos obsequiaron con un tiramisú impresionante cocinado por Vir, que es como se llamaba la chica menuda. Aún recuerdo sus palabras: "Qué momento más yanqui, ¿verdad?". Y reímos todos. El chico era heterosexual pero al menos la novia menudita era muy simpática. Algo es algo.

Y fueron llegando pequeños momentos y pequeñas anécdotas. Cómo la confirmación de mi homosexualidad (y la de mi pareja, claro) por una camiseta que me delataba y que Vir no pudo evitar leer el texto impreso en voz alta: "¿Entiendes? O te lo explico..." Se les despejaron las dudas. No éramos compañeros de piso ni hermanos ni primos...

Y luego llegó esa primera Junta de Vecinos, experiencia desagradable donde las haya y una improvisada cena post-reunión en mi casa... Y la relación empezó a consolidarse. Y la confianza fue llegando. De las charlas en el rellano a vernos en pijama... en el rellano también. 

De ayudarnos a abrir la puerta con una radiografía a llamar a un cerrajero a las una de la mañana de un domingo (hay que ver estos chicos con las puertas). De la muerte de Neco a la llegada de Miga y de Izzie. De mi separación a la de mis padres años después. De la preparación y aprobación de las oposiciones de Vir a mis continuos cambios laborales. De esas noches de sofá viendo "Lost" a risas y más risas bebiendo cerveza. De bajar juntos a ver un incendio y hacer una improvisada retransmisión radiofónica. La vecindad no era vecindad. Ya era Amistad. Amistad con mayúscula. Tienen la llave de mi hogar. Y yo la suya. Porque no somos vecinos sin más. 

Hemos compartido muchos momentos juntos de sincera amistad. Alegres y tristes. Pero los tristes con alegría también. Conocemos a nuestras familias y a nuestros amigos. Ha sido una suerte vivir aquí y conocerles. 

Hoy les he acompañado a trasladar a sus gatas a su nuevo hogar. Muy cerca de aquí. Las gatunas han reaccionado mal al cambio. Llevan mucho tiempo en su casa y de repente les han sacado de su entorno a uno totalmente nuevo. Se acostumbrarán. 

A mi me pasa igual que a Miga y que a Izzie. Y es que también tendré que acostumbrarme. A no llamar a su timbre para contarles lo que me ha pasado en el día o a pedirles una onza de chocolate por las noches. A saber que no están al otro lado del rellano si me pasa algo. A no encontrármelos corriendo  a coger el ascensor llegando tarde a algún sitio. Ellas notan el cambio. Como yo. Seguramente hoy ya no vendrán a dormir aquí. Y me siento raro.

Estoy contento porque se van a mejor y tengo la certeza de que allí serán muy felices. Pero también me alegra saber que la nuestra no es una relación de rellano. Somos amigos. Y de los buenos. Y seguiremos siéndolo. Estaremos siempre ahí, donde nos necesitemos. Seguiremos bebiendo cerveza y siendo confidentes. Seguiremos riendo y llorando juntos si es preciso. Nada cambiará. 

Pero de momento, ya no están al otro lado del rellano. Y tengo que acostumbrarme, porque los echaré mucho de menos. A los cuatro. Y no puedo evitar que eso me entristezca. 

Por cierto. Chico y chica viviendo juntos sin casarse y dos gatas. Monseñor Rouco, son una familia. Doy fe. Una familia a la que echaré mucho de menos. Quizá no venga a cuento esta observación, pero me apetecía hacerla. 






jueves, 18 de agosto de 2011

Carta a los jóvenes peregrinos.

Os habéis recorrido medio mundo persiguiendo a vuestro ídolo. He podido veros manifestando vuestra alegría y devoción por todo el centro de Madrid. Sois muy jóvenes en vuestra mayoría y venís de los rincones más recónditos.

Pero tengo entendido que vuestro ídolo no os permite mantener relaciones sexuales antes o fuera del matimonio bajo el pretexto de que el sexo es malo, impuro, pecaminosamente mortal. Ese sexo que vuestro ídolo sólo conoce de oídas y que se presupone que no ha practicado jamás, pero que sabe mejor que nadie que es pernicioso de solemnidad. 

Y aún dentro de vuestro matrimonio no podréis utilizar el preservativo por más que vuestra situación no os permita mantener a más hijos. Se lo digan a las madres africanas.

No podréis abortar aunque vuestro hijo sufra malformaciones, corra en peligro la vida de su madre o sea fruto de una terrible y bestial violación. Tendréis que parir a toda costa y bajo cualquier circunstancia renunciando a vuestra capacidad de decisión y de opción. Renunciando, en definitiva, a vuestra libertad.

Si sufrís un accidente de automóvil que os deje postrados en una cama con una paraplejia, no podréis decidir terminar con vuestro sufrimiento por mucho que gritéis, supliquéis o lloréis, viváis los años que viváis. Estaréis condenados en vida con la única esperanza de una vida eterna que, si bien os aseguran, su garantía es sólo cuestión de la fé que se os exige.

Si vuestra madre entra en un coma irreversible o permanece consciente pero agoniza entre dolores impensables e incurables, no podréis pedir a los médicos que pongan fín a tamaño sufrimiento, porque vuestro ídolo os dice que eso iría en contra de la voluntad de Dios.

Vuestro ídolo os dice que vuestra homosexualidad os convierte en seres inferiores, dignos de misericordia, por supuesto, pero privados del derecho a amar o a ser amados.

Y si eres mujer, sabes que si quieres formar parte de la infraestructura de tu ídolo, sólo podrás hacerlo siendo monja y que nunca llegarás más lejos que ser Superiora en un convento.

Y por cierto, vuestro ídolo y sus hombres viven rodeados de riquezas en mansiones fabulosas y gastan muchos, muchos euros en que vosotros vengáis a verle, en lugar de destinarlos a evitar la muerte en Somalia de medio millón de niños de forma inminente, según vaticina UNICEF.

Yo respeto vuestras creencias, vuestra fé y vuestra adoración a vuestro ídolo. Pero yo os pregunto, ¿Realmente el Dios en el que creéis está representado por vuestro ídolo? Y sobre todo, ¿Realmente es este el mundo que deseáis, en el que creéis y que celebráis? 

martes, 16 de agosto de 2011

El visitante.

Yo no me meto con que venga el Papa a España. No me meto con que cientos de miles de jóvenes (he leído que la edad media es de 22 años) sigan al Santo Padre con fervor, por más que no lo pueda entender a estas alturas. 

Pero hay cosas que no consigo entender y con las que sí quiero meterme, porque me parecen inconcebibles. Y es la postura del Estado, sea Central, Autónomico o Local ante el fenómeno religioso en un Estado constitucionalmente denominado aconfensional. Y es que parece que aún no hemos entendido lo que esta concepción de lo religioso significa. Aconfesionalidad no significa anticonfesionalidad. Significa que el Estado no profesa ni se inclina ni favorece Confesión alguna. Significa que se respeta, bajo el principio de Igualdad ante la Ley, recogido también en nuestra Constitución (art. 14), la profesión de cualquier  religión, la no profesión de religión alguna, la libertad de creencias en definitiva. Significa que no se persigue ni prohibe ninguna religión, sino que todas son iguales ante la Ley y ante el Estado. Todo esto además está desarrollado legislativamente por la Ley Orgánica de Libertad Religiosa.

Así pues, sigo escandalizándome cuando veo la postura de las Instituciones Públicas de este país ante la visita del Papa bajo la coartada de unas 'Jornadas Mundiales de la Juventud'. Mi ciudad está sitiada. La capital del Reino de España está cortada al tráfico. No se puede circular ni se puede aparcar en zonas totalmente alejadas del centro de la ciudad, por considerarse zonas clave para el estacionamiento de los autobuses que conducen a los peregrinos a la Tierra prometida del siglo XXI. Nos acaban de subir 50 céntimos el billete de autobús pero hacemos descuentos a los Abonos Transportes de los peregrinos. Hemos cedido espacios como Polideportivos para que puedan pernoctar. Gratuitamente, claro. La razón es que este 'movimiento' va a suponer pingües beneficios a la ciudad. 

Y yo me pregunto.
  1. ¿Es lógico que un Estado Aconfesional se gaste todo el dinero que no tenemos en montar un sarao religioso, que se quiera o no, pertenece al ámbito privado del individuo y que son los socios de ese club quienes deben financiarlo?
  2. ¿Hará el Estado español lo mismo si viene una autoridad religiosa a España musulmana, budista o de cualquier otra confesión religiosa? ¿No sería contrario a la Constitución si no obrase en términos de igualdad?
  3. ¿No es bastante la pasta que el Estado Español regala a la Iglesia Católica anualmente, con cargo a los Presupuestos Generales, para que ellos se financien sus fiestas sin que le cueste un céntimo de euro más al Estado?
  4. ¿Es justo que los no católicos de Madrid, que somos más de un par, tengamos que renunciar a disfrutar de nuestra ciudad toda una semana por este motivo, además de costarnos el dinero?
  5. ¿No es discriminatorio frente a otros eventos, como el Orgullo Gay, que también supone importantes ingresos para Madrid, pero que por molestar a los vecinos teníamos que escuchar la música en las calles con auriculares? ¿Maricas molestan y católicos no? ¿Y los maricas católicos, molestan o no molestan?
  6. Pero, ¿No dicen que hay crisis y que las arcas del estado están vacías?
  7. ¿No sería más útil emplear este dinero en Somalia, en Haití, en Etiopía, en...?
  8. ¿Hasta cuando?







jueves, 7 de julio de 2011

Nos hacemos mayores...

Ayer fue un día triste. Estuve en el funeral de la madre de una amiga de mi juventud. Una amiga de las buenas, de hace 30 años. Y a su madre la conozco hace esos mismos 30 años, incluso quizá antes.

Recuerdo que Ana, así se llama la madre de mi amiga, también Ana, tenía una juguetería, a la que de vez en cuando me llevaba mi madre y algo caía casi siempre. Normalmente miniaturas de coches, que es mi juguete preferido desde que tengo uso de razón, aunque alguna vez cayó un coche para el scalextric o vías rápidas o el cuentavueltas (no el electrónico, ¿eh?).

En una ocasión, nos llevó a uno de esos Auto-safaris, donde los animales están en libertad y tu haces el recorrido en tu coche. Recuerdo su coche, un Renault 11 turbo color rojo que me tenía fascinado, de los primeros que salieron al mercado. En el safari los monos se meaban en el parabrisas y arrancaban las antenas de cuajo o, en el mejor de los casos, las doblaban echándolas a perder. Y a la vuelta dejó conducir a Anita con su carné recién estrenado. Y estábamos emocionados. Recuerdos ligados a personas.

Es curioso como no sólo tengo infinidad de recuerdos con mi amiga Ana, sino que ayer me di cuenta de que también los tengo con su madre. Y no reparas en ello hasta que te encuentras en situaciones como la de la de ayer, que actúan de nexo entre tu consciencia y los rincones más ocultos de la memoria. 

Ayer me despedí de ella. De sus ojos azules, de su juguetería y de los recuerdos que invadieron ayer mi memoria. Y además su hija, es exactamente igual que ella, por lo que cuando miro los ojos de una es como si viese los de la madre.

Cuando somos niños las reuniones con los amigos y sus familias tienen lugar en bautizos, comuniones y cumpleaños. De mayores en los tanatorios, en los cementerios y en los funerales. La crueldad de la vida impone sus normas y nadie escapa a ellas.

Yo no soy creyente y por tanto ayer el Sacerdote no me consoló en absoluto. Eso de una vida mejor que esta, a la que nadie quiere ir, ni siquiera los que consideran que morirse es una suerte, nunca me ha convencido. Además ayer constaté (hacia mucho que no iba a una Iglesia) que todo sigue igual. Las oraciones, la estructura de la liturgia, el mensaje, el monótono soniquete del cura... Prefiero pensar que la gente que se va ha tenido una buena vida a pesar de las crueldades. Y que en algún momento fueron felices.

Ana tuvo tres hijos y nietos. Un marido que la quiso. Fue feliz. Ese es el consuelo verdadero. Al menos para mí.

Por cierto, mi Anita se va a poner buena.




jueves, 30 de junio de 2011

Orgullosos pero ruidosos...

Estamos en las fiestas del Orgullo Gay en Madrid. Unas fiestas que tienen tantos adeptos como detractores, pero que nunca dejan indiferentes a nadie. 

Este año tendremos unos conciertos silenciosos. Doña Ana Botella, la esposa de Aznar, la señora de las peras y las manzanas, esa misma, la que tanta simpatía nos tiene y tanto amor derrocha por la comunidad LGBT... que me pierdo... Doña Ana Botella, decía yo, ha decidido que los homosexuales somos muy ruidosos, y claro, oiga usted, eso no puede ser. 

Así que prohibieron los conciertos en el barrio de Chueca. Así, por las buenas. Y como hubo protestas y la cosa es muy fuerte incluso para consentírsela a la señora de las peras y las manzanas, pues llegaron al acuerdo salomónico de permitir los conciertos pero con auriculares. Así que la crónica de las fiestas van a ser un poco raras, porque claro, imaginaos un montón de gente cantando a 'capella' y bailando sin música de fondo, todos con auriculares y  un grupo tocando rock en silencio... 

De lo más normal. Así que espero que a partir de ahora esto se extienda y haya auriculares para todos: para las fiestas de San Isidro y de la Paloma, para las bendiciones de Su Santidad en su próxima visita, para las celebraciones del Real Madrid en la Cibeles... ¿O es que sólo nosotros armamos ruido?

Por otra parte, se debería tener en cuenta que mientras la visita del señor de blanco nos cuesta millones de euros, las fiestas del Orgullo nos ingresan muchos euros. Homosexuales (y heterosexuales) de todas partes vienen a participar y disfrutar en estos días a nuestra ciudad. De hecho, le pese a quien le pese, hoy por hoy son las fiestas más importantes de Madrid. 

Y en cuanto a los vecinos de Chueca, a quienes reconozco el horror de tener que soportar todo este follón, saben muy bien que el movimiento homosexual en Chueca revitalizó un barrio marginal de Madrid y que hoy en día es visita obligada para cualquier turista de Madrid con todos los beneficios que ello implica.

Así que los orgullosos somos ruidosos... pero como no pueden taparnos las bocas, nos tapan los oidos... es igual... no podrán con nosotros. Ya no.

P.D. ¿Para cuando esa sentencia del Tribunal Constitucional sobre la Ley de Matrimonio Homosexual?

miércoles, 18 de mayo de 2011

15 M

Estoy atónito. Por varios motivos.

Primero porque por fin la sociedad española se ha movilizado. Jóvenes y menos jóvenes están en la Puerta del Sol a manifestar lo que en realidad, muchos sentimos. El desencanto, la desilusión y la pérdida de confianza en el funcionamiento de este mundo y en las reglas que lo rigen. Y si de algo me siento culpable es de no haber estado hasta ahora allí con ellos. Mea culpa, pero espero ponerle remedio a esta falta. Ese tópico de que los españoles aguantamos lo que nos echen en silencio por fin lo estamos acallando.

Segundo. El poder de las redes sociales. Empecé a enterarme de esta movilización por Twitter antes que por los medios de comunicación. Es obvio que su alcance es imparable y que hemos sido testigos directos de ello. Ya no hay límites al poder de convocatoria de internet.

Tercero. La derecha intenta demonizar a estos rojos perturbadores utilizándolo como arma electoral. Bueno, realmente esto no me tiene atónito en absoluto, es algo coherente con su modus operandi. Y es que esta gente es fundamentalmente de izquierdas, claro. Normal. A fin y al cabo, nos estamos quejando de un sistema que se rige por normas neoliberales, con las que la derecha se siente tan cómoda y defiende como esencia propia. 

Cuarto. Que tanto la Delegación del Gobierno el primer día como la Junta Electoral hoy, prohíban el derecho de reunión pacífica de unos ciudadanos a manifestar públicamente sus ideas. No se en que país vivo, la verdad.

Hay muchos motivos para salir a la calle. Pero básicamente que este mundo este diseñado para el bienestar de unos pocos a costa de una inmensa mayoría. 

Que los políticos hayan olvidado que su razón de ser es trabajar por el interés de los ciudadanos a quienes representan y no conseguir el voto para asegurarse cuatro años de poder y, por ende, de bienestar. 

Que hay un ente llamado mercado y otros satélites denominados 'Agencias de calificación' que en función del estado de sus úlceras de estómago o de lo animada que se encuentre su vida sexual marcan las directrices de naciones enteras, o mejor, de millones de ciudadanos. 

Rechazar un sistema electoral que no refleja ni de lejos la voluntad popular expresada libremente en elecciones, beneficiando a un bipartidismo tan injusto como insoportable. 

Modificar unas instituciones jurídicas que nunca podrán ser imparciales, ni por tanto justas, si sus miembros son nombrados por quienes ostentan el poder o, en su caso, la oposición. Hablo del Fiscal General del estado o del Tribunal Constitucional, órgano que por cierto, se da mucha prisa en ciertos asuntos (léase Bildu) mientras olvida resolver otros... (léase matrimonio homosexual)

De que nos exijan ajustarnos 'nosesabeyaque' hasta la extenuación mientras ellos toman sus decisiones en comilonas suntuosas que pagamos todos, se trasladan en coches oficiales y votan 'NO' a viajar en turista para ir de su casa al trabajo y regreso. 

De que la señora Merkel de las narices siga diciendo que no podemos tener vacaciones tan largas ni jubilarnos tan pronto, pero no comente lo más mínimo de nuestros míseros sueldos.

De que todo sea una farsa mientras intentan vendernos la felicidad a cambio del voto.

De que nadie nos defienda ni nos escuche.

Por cierto. También me tiene atónito que no se hable de los empresarios que aprovechan la situación general para usar y abusar y despedir. Un empresariado que ha dilapidado el dinero de las empresas en tiempos de bonanza y que no ha reinvertido en sus negocios y que ahora se declara insolvente a la hora de encarar sus responsabilidades. La esclavitud existe y nadie lo dice en voz alta, nadie lo denuncia. Y si, estoy generalizando..

Para ser gente que defiende ideas sin contenido, yo creo que no está mal..

Decididamente, mañana estaré en la Puerta del Sol. Sin falta.

lunes, 2 de mayo de 2011

Vendetta

Viendo las noticias, el mundo entero celebra la muerte de Bin Laden. En Estados Unidos la gente salió a la calle como los británicos hicieron el día de la boda de su sucesor a la Corona. La Unión Europea y políticos españoles opinan que podemos estar hoy más tranquilos que ayer. Cameron, Premier británico, dice que la noticia dará alivio a los familiares de las víctimas.

El mundo celebra venganza, pero no el fin de una organización que todos sabemos va a responder con cuanta dureza les sea posible. Y es que la violencia genera violencia. Y la venganza genera más venganza. Y desde luego no me siento más seguro que ayer.

No puedo decir que sienta la muerte de este asesino fanático. Sería un hipócrita. Pero la celebración de la venganza me espanta. Hubiese preferido la celebración de su encarcelamiento y juicio por una Corte de Justicia Internacional. Hubiese preferido otra noticia diferente. Por que cuando veo al mundo, este mundo que cada vez me gusta menos, con fastos y vítores por la muerte de alguien, por asesino que sea, me pregunto si realmente hemos progresado tanto como presumimos. Mi amiga Ana tiene toda la razón. Figuiña tienes razón.

Y me viene a la cabeza la imagen de los gritos y aplausos del pueblo cuando la guillotina cortaba cabezas. Y entonces me entran escalofríos por todo el cuerpo. Pero estemos tranquilos, que el verdugo es Premio Nobel de la Paz. Es el paraíso de los Cínicos.

Por cierto, lo de tirar el cadáver al mar... hum...

martes, 12 de abril de 2011

La educación.

Siempre defiendo que con educación el mundo funcionaría mejor. Los problemas entre individuos, son la mayor parte de las veces conflictos de convivencia. Y estos se resuelven respetando unas elementales normas de educación, que no son otra cosa que reglas que regulan esa convivencia. Y viceversa, no son pocos los enfrentamientos que se originan a partir de una infracción en las reglas básicas de educación. 

El problema es que la educación concebida como regla social se ha desvirtuado. El bienestar del individuo que todos defendemos y que hemos logrado que prime sobre ciertos viejos convencionalismos sociales, han provocado que en ocasiones olvidemos que vivimos en comunidad. 

Me explico. Ya no estamos dispuestos a hacer determinadas cosas que, por ejemplo, nuestros padres si harían a pesar de  no desearlo, por el hecho de 'no quedar mal'. Determinados compromisos sociales, por ejemplo. O familiares, como visitar a una prima soltera de nuestra madre el único día libre que tenemos. Hace años había que ir. Hoy hemos racionalizado esos compromisos en aras de un 'carpe diem' revivido y cada vez más presente en nuestra sociedad actual. 

Ha habido una transformación: determinadas cosas ya no son cuestión de buena o mala educación. Sino que son fruto del compromiso y del mero aparentar social. Y es obvio que un logro de las generaciones presentes es el saber decir 'NO' a determinadas 'supuestas obligaciones'. El YO prevalece sobre el TU. Y hasta cierto punto eso está bien, hay que saber decir 'NO'. Y hemos aprendido, quizá para que no nos ocurra como a nuestros padres, a ponernos en nuestro lugar. Esto sin duda es un avance.

¿Dónde está el problema entonces? En que este cambio de prevalencia de los intereses propios sobre los ajenos, implica una modificación en las rígidas reglas tradicionales sobre convivencia. Se ha producido una laxitud en las normas de educación que no siempre se ha encaminado razonablemente.

Algunas sobre cuestiones meramente formales sin demasiada importancia. El 'usted' va dejando el paso al 'tu' a pasos agigantados, por ejemplo. Antes el 'usted' se dirigía, por supuesto, siempre a personas mayores, pero también a los desconocidos, a los jefes, a dependientes o camareros, a todos aquellos con los que no mantenemos una relación de cercanía (salvo autorización del contrario, claro). Ahora el usted está casi en desuso. Preguntemos a los latinos que residen en España, a quienes les cuesta entender el uso del tu.

Pero otras nos han llevado a cuestiones de fondo: la defensa de los intereses individuales in extremis ha conducido a que los prepotentes sean aún más prepotentes. A que quienes se creen superiores a los demás ahora se consideren los amos de mundo. Una defensa del YO mal entendida se refleja en nuestra vida cotidiana: en el trabajo, en un restaurante o en una sala de cine o nuestros propios vecinos. Todos podríamos citar un montón de ejemplos diarios. A todos se nos viene a la mente el tipo que se salta los 'ceda el paso', o no respeta la preferencia en las rotondas o no pone los intermitentes porque no le da la gana. Esto es una cuestión de respeto y educación, nada más. 

Que si, que ya lo se. Que maleducados y prepotentes y estúpidos los ha habido siempre. De acuerdo. Pero a dónde quiero llegar es que en otro tiempo, las normas de educación era compartidas uniformemente por un mayor número de personas y la reprobación era mayor. No es que el número de energúmenos fuese menor. En la actualidad, la subyacente relajación de las normas han originado, en mi opinión, que el reproche social sea cada vez menor. Esto es, cada vez admitimos con más benevolencia determinadas actitudes, que a mí, al menos, me siguen sacando de quicio.

Para aquellos que hayáis llegado hasta aquí sin dormiros, os pediré que cambiés la palabra 'educación' por 'respeto a los demás'. ¿A que ahora no suena tan 'rancia' mi reflexión?. Y es que la idea de convivencia va ligada inseparablemente con el respeto a los demás.

miércoles, 6 de abril de 2011

Sin comentarios...

El Parlamento Europeo ha votado este miércoles una enmienda para restringir los vuelos en primera. ASI VOTARON LOS EURODIPUTADOS ESPAÑOLES

A favor de volar en turista

Ramon Tremosa i Balcells (CiU)
Rosa Estaras Ferragut (PP)
Oriol Junqueras Vies (ERC)
Raúl Romeva i Rueda (Iniciativa)

 
En contra de volar en turista
 
Francisco Sosa Wagner (UPD)
 
Jaime Mayor Oreja (PP)
Alejo Vidal-Quadras (PP)
Luis de Grandes Pascual (PP)
Pilar del Castillo Vera (PP)
Carlos Iturgaiz Angulo (PP)
Teresa Jimenez-Becerril Barrio (PP)
Pablo Arias Echeverria (PP)
Pilar Ayuso (PP)
Agustín Diaz de Mera García (PP)
Santiago Fisas Ayxela (PP)
Carmen Fraga Estévez (PP)
Salvador Garriga Polledo (PP)
Cristina Gutiérrez-Cortines (PP)
Esther Herranz García (PP)
Gabriel Mato Adrover (PP)
Francisco Millán Mon (PP)
Ignacio Salafranca Sánchez-Neyra (PP)
 
Josefa Andrés Barea (PSOE)
Inés Ayala Sénder (PSOE)
Alejandro Cercas (PSOE)
Ricardo Cortes Lastra (PSOE)
Iratxe García Perez (PSOE)
Eider Gardiazabal Rubial (PSOE)
Enrique Guerrero Salom (PSOE)
Sergio Gutiérrez Prieto (PSOE)
Ivan Irigoyen Pérez (PSOE)
Juan Fernando López Aguilar (PSOE)
Miguel Ángel Martinez (PSOE)
Antonio Masip Hidalgo (PSOE)
Emilio Menéndez del Valle (PSOE)
María Muñíz De Urquiza (PSOE)
Andrés Perelló Rodriguez (PSOE)
Teresa Riera Madurell (PSOE)
Antolín Sánchez Presedo (PSOE)
Luis Yáñez-Barnuevo Garcia (PSOE)

 
Abstenciones

Izaskun Bilbao Barandica (PNV)
María Badia i Cutchet (PSOE)

viernes, 1 de abril de 2011

Nos ha salido un competidor...

A partir del lunes 4 de abril, Iñaki Gabilondo 'blogueará' la actualidad en El País y en la Cadena Ser. Aunque no es probable, ni mucho menos, que tenga tantos seguidores como 'El paraíso de los cínicos', le deseamos mucha suerte a este muchacho. La noticia completa la podéis leer en El País.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Tanto tienes, tanto vales.

Tanto tienes, tanto vales. Una vez más, el refranero español, a quién recurro tan a menudo, nos muestra lo sabio que es. Y es que la intervención militar en Libia es una muestra más de que o tienes algo que interese a los demás o no vales nada.

El asunto ciertamente es peliagudo. Por un lado qué estupendo que se ayude a un pueblo oprimido por un dictador a recobrar la libertad, ese bien jurídico elemental que debería disfrutar por defecto todo ser humano. Pero por otro, cuántos pueblos oprimidos por dictadores hay en el mundo, y sin embargo, de ellos ni se habla. ¿por que la comunidad internacional ayuda a unos y a otros no? 

Todos sabemos la respuesta. Respuesta por cierto que sólo se ha atrevido a pronunciar en voz alta Llamazares en nuestro parlamento, en contra del resto de grupos. En este tema todos los grupos estaban de acuerdo.

Me resulta complejo mostrarme a favor o en contra de la intervención. Deseo que se termine con Gadafi como el que más. Pero, por ejemplo, hace unos meses nuestro Gobierno ha tenido una oportunidad de posicionarse con firmeza en el asunto de Guinea Ecuatorial y ha pasado de puntillas y deshonrosamente sobre el tema. 

Y es que sinceramente, a la comunidad internacional el pueblo libio le importa un carajo si lo comparamos con la subida del barril de petroleo que supone el conflicto, por ejemplo. 

Por otro lado está la delicada situación de la zona. Hay que salvaguardar los intereses económicos, hay que procurar no cabrear a la Liga Árabe y hay que mantener los votantes internos de cada país, porque al tiempo una intervención como esta supone un pastizal que hay que justificar ante los contribuyentes de los paises participantes (a quienes se piden, una vez más, esfuerzos, esfuerzos, esfuerzos).

Y además tenemos un Consejo de Seguridad de la ONU que es una mezcla tan heterogénea, que decisiones como esta a veces son tan ambiguas que su desarrollo resulta muy, muy complejo. Y ahora nadie parece querer tomar el mando por las repercusiones que ello pueda acarrear (salvo el Napoleón francés, que me da mucho miedito... no sé qué le da la Bruni que cualquier día nos conquista...). Por cierto que ayer la Ministra de Defensa española balbuceaba cuando fue preguntada por quién tiene el mando en este momento. 

En definitiva, que la intervención supone, desde luego, un agravio comparativo con infinidad de sometidos en el mundo, ante los cuales la comunidad internacional mira hacia otro lado diariamente. Y hombre, ya sabemos que este jodido mundo es hipócrita y que son los intereses económicos quienes realmente deciden las decisiones políticas a nivel nacional y supranacional, ninguno somos tontos. Pero hombre, hay que exigir en determinados momentos un mínimo de coherencia. 

Y es que tener petroleo dignifica que no veas.

Otro ejemplo más de este paraíso de los cínicos. 






miércoles, 16 de marzo de 2011

Dios y Japón.

Foto de El Pais
Japón ha sobrecogido al mundo. Porque, como me decía mi amigo David, nos ha recordado que la vida te da la vuelta en un suspiro. Que puedes estar en el mejor momento de tu vida y pasar a la mayor de las desgracias en segundos. Que puedes ser una de las mayores potencias del mundo y pasar a la ruina en unos minutos. Que ninguno estamos libres. Y que desde luego, los egos y los orgullos deberían tener presente que la desgracia nos apunta a todos sin distinción. Siempre hay algo que nos recuerda nuestra fragilidad.

No se trata de que nos invada el pesimismo. No es eso. Pero si agradecer lo que tenemos y mantener una actitud un poco más humilde ante la vida y ante quien, en apariencia, tiene menos que nosotros. Quejarnos menos, ser menos altivos y más solidarios. Y pensar que mañana nos puede tocar.

Los japoneses nos están dando una gran lección. Una vez más, porque no es la primera vez. Los japoneses se equivocaron en la Segunda Guerra Mundial y lo pagaron como nadie. ¡De qué manera! Pero decidieron trabajar, salir adelante y aprender de los errores enterrando odios y resentimientos. Y consiguieron levantar a su país situándolo en lo más alto. Sesenta años más tarde, siguen dándonos lecciones desde la desgracia. Sufriendo en silencio, trabajando, sin altercados, ni robos ni saqueos. Ninguna salida de tono. Ninguna revuelta popular. ¿Os imagináis esta situación en España?

Deseo lo mejor a los japoneses porque lo merecen. Por supuesto que todo pueblo lo merece. Pero el japonés ha luchado por su futuro y por su presente. Ha trabajado por ser una potencia y ha forjado su destino. Y no es justo que las fuerzas de la naturaleza destrocen décadas de trabajo.

Lo que me lleva a pensar una vez más, en la existencia de Dios. Omnipotente, todopoderoso e infinitamente misericordioso, me decían en el cole y en la catequesis (si, en mis tiempos íbamos a catequesis, sí o sí). Pues la verdad, es que sigue sin cuadrarme. O está más despistado que el ángel de la guarda de los Kennedy, o ni es omnipotente, ni todopoderoso ni misericordioso en absoluto.

Un cura del colegio nos decía en clase que la mayoría de las desgracias humanas de las que culpamos a Dios son consecuencias de los actos de los hombres. ¿Y la enfermedad? ¿Y la muerte? ¿Y la miseria congénita por haber nacido en un lugar y no en otro? Y en este caso, ¿la destrucción de medio país por un seísmo? No. El hombre a menudo se busca su desgracias, es cierto, pero hay multitud de desgracias que no las genera el hombre. Yo no puedo admitir que las cosas buenas que nos pasan sean gracias a Dios y que de la malas Dios no tenga ninguna responsabilidad. Porque ahora, entre los creyentes en Deidades varias, los familiares de los muertos confiarán las almas de sus seres queridos a la bondad de los Dioses (aunque el Budismo es mayoritario en Japón allí tienen multitud de religiones) y los vivos les darán gracias por haber sobrevivido. Pero nadie echará la culpa a Dios de la catástrofe.

Así que una vez más, como no puedo creer en un Dios con mala leche, porque ya me dirás que sentido tiene , tampoco puedo creer en el Dios omnipotente, todopoderoso e infinitamente misericordioso que me han vendido desde que tengo uso de razón. Aunque ahora que lo pienso, quizá me resulte más fácil y probable creer en un Ente cabronazo que existe para jodernos la existencia. Parece más posible, ¿verdad?


miércoles, 9 de marzo de 2011

El botín de las monjitas...

Imágenes de Efe publicadas por El mundo.es
Resulta que a las monjitas del Monasterio de Santa Lucía de Zaragoza las han robado sus ahorrillos. Al principio se habló de millón y medio de euros, pero, menos mal, ya sólo se habla de 400 a 500 mil euros. Eso ya es más razonable, claro. Y es que los negocios monjiles son muy rentables: la encuadernación como actividad principal y los cuadros de una de las soritas, que nos ha salido artista. 

Claro, hay que encontrar al ladrón infame capaz de robar a unas hermanas indefensas. Pero claro también, hay que ver de donde ha salido tanta pasta y si Hacienda, que somos todos, incluido el clero, tenia noticia de tanto dinero en el armario (y es que en el clero, no sólo el dinero debe salir del armario).

Y es que el clero y lo de la solidaridad cristiana siguen siendo una 'contradictio in termini'. ¿Saben las hermanitas cuantas bocas se dan de comer con 400 mil euracos en un pais de casi cinco millones de parados? Echen cuentas. Pero eso no importa. Los euritos a buen recaudo en el armario, no sea que se gaste en lo que no se debe. 

No niego que estoy deseando saber como acaba esto. Y la verdad, si el dinero lo ha robado un Robin Hood (parado y con familia preferiblemente) hasta los huevos de que demos dinero a la Iglesia Católica desde los Presupuestos Generales del Estado, pues que sirva de circunstancia atenuante. Que ya está bien.

martes, 22 de febrero de 2011

La dictadura de los 'gorrillas'

Esta mañana me he cogido uno de mis típicos mosqueos. He tenido que ir a Hacienda, lo cual ya de por sí no es agradable, en la sede de Guzmán el Bueno de Madrid. He tenido que ir en coche, porque aunque el Alcalde se empeñe en que deje el coche en casa, teniendo en cuenta que tengo que trabajar, que vivo en Alcobendas y que en Hacienda sólo te atienden hasta las 14 horas, pues como que o voy en mi coche o no llego a Hacienda... Y no, no he podido solucionar mi problema en la Delegación de Alcobendas...

Busco sitio para aparcar. Algo complicado pero bueno, es cuestión de dar vueltas y pillar a alguien que se marcha, ya sabéis: estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Tras dar muchas vueltas veo sitio. ¿Mi cabreo? Mi cabreo se debe a que además del parquímetro que tengo que pagar al Ayuntamiento, que tengo que tener las moneditas justas, porque si no no puedo pagarlo (aun teniendo billetes o tarjeta de crédito, ni tampoco la maquinita da cambio), que si me paso media hora en Hacienda porque hay cola me atizan un multazo del diez, además de todo eso, me piden el impuesto revolucionario. Decenas de 'gorrillas' cada diez metros. Esa pobre gente que me pide dinero por decirme dónde puedo aparcar, a pesar de sentirme perfectamente capacitado para ello sin ayuda de nadie. 

El problema no es que me pidan dinero. Soy consciente de que tratan de ganarse la vida. El problema es que en cierta ocasión no pagué el 'impuesto' y a mi regreso uno de mis retrovisores estaba destrozado de una patada. Eso ya no es pedir, eso ya es exigir, amenazar, chantajear, extorsionar. Por lo tanto si te niegas a pagar, te vas con el temor a lo que le puedan hacer a tu coche en represalia. Y a eso no hay derecho. Ya pago por aparcar mi coche ahí. O pago al Alcalde o pago al gorrilla.

Por tanto pienso, que ya que no puedo elegir y tengo que pagar al Alcalde, este debería procurar que no exista este tipo de extorsión y en lugar de preocuparse de quitar a los músicos de la calle (leer mi entrada en este blog sobre el tema del 8 de febrero) podía preocuparse de que el ciudadano que paga y pone su papelito pueda marcharse tranquilo sin temor. Y si ya de paso el ciudadano puede sacar el papelito con tarjeta, como corresponde al siglo XXI, pues mejor, porque uno no siempre tiene las moneditas de las narices... o que de cambio, como cualquier maquinita expendedora del mundo...


jueves, 10 de febrero de 2011

Cerrado el Asador del insumiso anti-ley antitabaco...

Se puede estar de acuerdo o no con la Ley antitabaco, como se puede estar de acuerdo o no con cualquier otra Ley. Pero las leyes están para cumplirlas y el desacuerdo de ningún modo puede justificar el incumplimiento y la insumisión. Al famoso propietario del Asador insumiso de Marbella le han cerrado el local por incumplimiento reiterado de la ley antitabaco (leer noticia)

Varios apuntes:


  • Estoy a favor de la ley porque el beneficio que proporciona el placer de fumar al fumador (que es el único argumento para defender que se permita fumar) no puede imponerse a los múltiples beneficios que proporciona que no se fume sobre los no fumadores. 
  • El dueño del asador de Marbella no mira por él, ni por su negocio ni por la defensa del tabaco. Es un chulo insolente y no hay más que ver sus apariciones en televisión y su trayectoria en este asunto, desafiante y amenazador, para darse cuenta de que, una vez más, los odios políticos e ideológicos siguen alejando a este país del modelo de nación moderna y progresista que algunos pretendemos llegar a ser. 
  • Y por si hay dudas, este señor no me cae gordo porque esté en contra de una Ley que yo si apoyo. Es un señor que me cae gordo porque es el prototipo de cromagnon hispano cacique que hace que la España profunda aún no sea cosa del pasado. Los racistas, xenófobos, homófobos y machistas están hechos de la misma pasta.