Por supuesto que estoy hasta los genitales de los descerebrados que siguen preocupados por los homosexuales, por el matrimonio homosexual, por el sexo en general y en definitiva, por no vivir ni dejar vivir.
La última perla es la del Obispo de Málaga, de cuyo nombre no me da la gana acordarme, que compara (no es el primero) el matrimonio entre homosexuales con el hipotéticamente celebrado entre hombres y perros y demás lindezas. Agrego el link.
Pero en esta vida siempre ha habido idiotas, y eso ya no me asusta, aunque en este tema y a estas alturas de la película me cargue.
Lo que me parece intolerable, no es ya que este señor sea Obispo, que allá ellos y sus seguidores (a quienes con todo mi respeto, cada vez entiendo menos), sino que el Obispado emita un comunicado en el que aclara que las palabras de este señor han sido malinterpretadas, y que nada tiene contra los homosexuales.
Es decir, primero me comparan con un perro y después me llaman idiota por haber entendido lo que he entendido, que no es otra cosa que lo que se ha dicho.
Pero Dos mil años de existencia, millones de seguidores en el mundo y el gobierno de mi país les avalan, y contra eso no se puede luchar.
Por cierto, deliberadamente el link no es de un diario de izquierdas ni de enseña estatal, no se me vaya a acusar de partidista.
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