martes, 1 de abril de 2014

Miedo

El miedo es el arma más poderosa. El miedo ha sido utilizada siempre como elemento persuasivo para el ejercicio del poder. 

La Iglesia Católica ha utilizado el miedo al infierno y a Satán durante 20 siglos para someter a millones de personas bajo su control y garantizarse su supervivencia. Y es obvio que lo han hecho muy bien hasta ahora.

Emperadores, Reyes absolutos y Dictadores usaron el terror, para ejercer sus autorquías sin límites.

Actualmente, aún en las democracias, surgen nuevas formas de utilizar el miedo. Las amenazas de las empresas a sus trabajadores, el  miedo de los mercados financieros a la ruina generalizada, las coacciones de los gobiernos en múltiples formas hacia sus ciudadanos para mantenerlos controlados... 

El  miedo en forma de chantaje emocional. El miedo a estar solos, a que no nos quieran, al rechazo. El miedo al fracaso laboral, al fracaso personal. El miedo a equivocarnos. El miedo a lo diferente a nosotros. El miedo se transmite como elemento inherente a nuestra educación de generación en generación.

El miedo es nuestro mayor enemigo. A menudo tenemos miedo de nosotros mismos, de lo que somos, de como somos. Y debemos romperlo, superarlo y no temer. El único temor que debemos tener es a no creer en nosostros mismos, a no arriesgar, al conformismo y al inmovilismo. 

Y hasta que no venzamos nuestros miedos, nunca avanzaremos ni personalmente, ni emocionalmente, ni colectivamente. Las sociedades se atascarán y el mundo se detendrá en ese punto en el que nos encontramos. Cuando el ser humano vence sus temores, el ser humano crece. Cuando las sociedades dejan de sentir pánico, avanzan hacia donde quieren ir.

Hoy todos tenemos muchos miedos. Venzamos el miedo. Yo estoy en ello.


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