viernes, 25 de noviembre de 2011

Afortunado.

Soy un tipo afortunado. Hoy cumplo 43 años y es inevitable hacer un pequeño balance. Más que nada porque cada año tomas más conciencia de que la juventud se aleja y de que quizá tengas más camino recorrido que el que te queda por recorrer. Eso dice la estadística. Pero no es un pensamiento pesimista, al contrario. He llegado hasta aquí, que no es poca cosa.

He tenido una buena vida y siempre he tenido suerte. Siempre he tenido una familia que me ha querido, siempre he tenido una salud aceptable y siempre he tenido amor, amigos y trabajo. ¿Qué más se puede pedir? La verdad es que nada más. Quién me conoce sabe que soy un cascarrabias, pero también quién me conoce sabe que no es por ingratitud ante la vida. Es un rasgo de carácter, nada más.

Y es que a pesar de que me hayan pasado cosas (y me pasan ¡uff, que año!), como a todo el mundo, el sumatorio es de vivencias y experiencias muy ricas y muy positivas. Porque hasta de las amargas se aprende, a la fuerza ahorcan.

Así que hoy en mi cumpleaños doy gracias a la vida y a todas aquellas personas que he tenido la oportunidad de conocer y que han hecho de mi travesía un viaje que merece la pena. Aunque ya sabéis que el viaje no lo hago en avión. De momento al menos.

Por cierto, estoy deseando seguir mi viaje muchos años más y os invito a que lo hagamos juntos.

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