miércoles, 28 de diciembre de 2011

Esas cosas que pienso...

Yo no soy monárquico. No lo era, no lo soy y después de saber que los Presupuestos Generales del Estado destinan casi ocho millones y medio de euros a la Casa del Rey, no lo seré.




Realmente desconozco si esta cantidad es razonable o no tratándose de la Jefatura del Estado, ni en comparación con otras Casas reales europeas. Pero sinceramente, me da lo mismo si lo es o no. 

Porque por un lado, me parece un gasto fabuloso en términos absolutos por más que pueda no serlo en términos relativos. Estamos en crisis y mantenemos una Jefatura del Estado, que estoy seguro, podría esta diseñada de otra forma. 

Y por otro lado, es que la Monarquía como institución, me parece del todo antidemocrática. La herencia como modo de ostentar la Jefatura del Estado es anacrónica y contraria a todos los principios básicos de la democracia. Elimina de raíz la opción de los ciudadanos a ser Jefes del Estado, algo que no ocurre en las repúblicas, en las que cualquier ciudadano puede optar a la institución, coincidente o no, según el país, con la Jefatura del Gobierno. 

Yo comprendo que la figura del Rey Juan Carlos I ha sido crucial en la historia de España. Desde que fue nombrado sucesor de Franco hasta pasada la crisis del 23F, su saber hacer sin duda ha conseguido que nuestra transición pacífica sea un auténtico referente internacional. Y hemos de reconocer, que en un país dificilito como el nuestro, con tanta diversidad política, cultural, regional e idiomática, el monarca, en su papel constitucional de moderador y árbitro, es un elemento conciliador en numerosas ocasiones. 

Pero aún reconociendo este papel representado por el Rey, sigo sosteniendo que su legitimidad es nula. Niego que ser hijo del monarca te legitime para serlo tú. Eso solo pasa en las dictaduras y en las monarquías. Curiosa coincidencia. 

Por ello defiendo la República como forma de Estado. Tanto si el Jefe del Gobierno es también el Jefe del Estado, como en Estados Unidos, como si son cargos institucionalmente separados, como en Italia o Francia. Pero en ambos casos cualquier ciudadano puede alcanzar la Jefatura del Estado, algo inherente a la democracia y a la relación ascendente del poder. La soberanía reside en el pueblo, por lo que el Soberano debe proceder del pueblo. 

Por último, lamento que la Casa Real decida publicar sus datos económicos 30 años y pico después, a raíz de los escándalos financieros de su yerno. La transparencia debe acompañar a cualquier Institución Pública, sea la que sea. Me alegro de que lo haya hecho, pero debería ser una costumbre habitual desde la aprobación de la Constitución.

Y oye, que cuanto más vueltas le doy al asunto, más pienso en el pastizal que nos supone.

P.D. Casualidad o no, este post se llamaba Monarquía. No he conseguido publicarlo en facebook. Si ahora lo lees, es porque he cambiado el título. ¿Curioso?

1 comentario:

  1. Suscribo tus palabras y sí, en facebook funciona la censura para según que cosas.

    ResponderEliminar