Escribir sobre todo y sobre nada. Sin ánimo de ofender ni de molestar. Sólo una ventana a la que asomarme para respirar, gritar o sincerarme ante el espejo. Porque uno podrá engañar a los demás, pero jamás debe mentirse a sí mismo. Una terapia, en definitiva, para sobrellevar las penas y una vía para compartir alegrías.
jo... para que luego nos quejemos...
ResponderEliminar